#1

Me brillan los iris
con una promesa de verdad.
Tengo las palmas tatuadas,
tatuadas de vida;
y ya no duelen;

Voy perdiendo versos
aún haciéndole trampas a la Poesía
y voy ganando días y dinero;
perdiendo mi alma
en los fuegos puercos de Prometeo.

Caliento las palabras hasta doblarlas
e impongo mi forma
y las doblo y doblo hasta que son una
y duelen.

Persigo sistemáticamente tu cenit;
y nacen mis días en Gaugamela:
Empiezo con menos
pero sé
cómo
ganar.

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